jueves, 26 de diciembre de 2013

Las prioridades son relativas

Exacto!! Tienen un espacio y tiempo, es decir, mi prioridad es comer cuando tengo hambre y en donde hay comida, no es prioridad cuando no tengo hambre o donde no hay que comer, dado que buscaré un lugar donde haya comida!
Utilizando el hambre como un motor humano (animal) que nos permite seguir andando en esta plataforma cuántica llamada universo, existen muchos escenarios en los cuales podemos colocar la relatividad de las prioridades. En este momento no requiero nadar, dado que estoy a cerca de 200 km del mar, a aproximadamente 60 km de una presa, a 40 km de un río y a 3 km de una alberca, entonces? para qué carajos requiero nadar? Ah bueno, pero qué tal que inesperadamente despierto en una bahía rodeada de arrecifes petrosos y con marea alta, tengo dos opciones, o escalar o nadar!
Otra, y bastante común hoy en día, el uso del smart phone... carajo!! Cuánto nos dura la batería hasta que el led rojo comienza a titilar ansiando "mamar" energía eléctrica para su recarga?? Obvio depende del uso que le demos, y, de qué depende el uso que le demos? De nuestra necesidad de estar "conectados" con otros, sin embargo, qué tan realmente "conectados" estamos con esos "otros"? Y con nosotros mismos?
Escribo esto por que he sido (y soy) víctima de este tipo de "martirio"; aún recuerdo (si me tocó en mis tiempos y ahora tengo "escasos" 32 años), escribíamos cartas, esperábamos a llegar a casa a llamar desde el teléfono local, ansiábamos esa reunión-fiesta-fandango del fin de semana para ver a aquellas personas con quienes habíamos organizado reunirnos.
Los tiempos cambian acorde a la tecnología, y por ende las prioridades, sin embargo también las cuestiones emocionales, espirituales y de interacción evolucionan y no son las mismas.
Hemos evolucionado el tema del color de la piel, hemos evolucionado el tema de diferenciales en cuanto a ideologías políticas y religiosas (que seguirán de la mano hasta quién sabe cuando putas!!), hemos evolucionado en temas de género (incluyendo relacionarnos no con el mismo sexo). Eso ha sido por que cada vez existe más diversidad de pensamiento que hace 50 años, y por ende, hay que evolucionar por que las cosas son relativas a nuestro tiempo y no relativas a tiempos pasados, dado que somos el presente carajo, y esperemos que el futuro, y no solamente a través de nosotros sino de nuestros hijos, nietos, etc.
Poniéndolo en un sentido más local, un ejemplazo que aplica bastante bien, si durante nuestros early-20's nos comportamos de un modo infantil, poco responsable, autodestructivo; por qué no hacer introspección, retrospectiva y saber entender el por qué de ese comportamiento y evolucionarlo para que, nuestra relatividad del pensar crezca y podamos mejorar las relaciones interpersonales (familia, amigos, pareja, prójimo en general) en un futuro? Siempre habrá fallas, pero al menos iremos "pavimentando" esos huecos que existen desde mucho antes, evolución, relatividad de dónde venimos y hacia dónde queremos ir, teniendo conocimiento pleno del dónde estamos parados!
Suena raro, siento que un poco trillado, a veces los ejemplos ayudan a ver una perspectiva diferente, hablemos siempre claros, directos, nos hará tener mejor interacción con el mundo, y nos dará satisfacciones personales al sentirnos entendidos y a la vez empáticos.
Evolucionemos, día a día es nuestra oportunidad para hacerlo paso a paso.
Abrazo de tamal, felices fiestas! Evita el exceso!

Daniel Aguilar

viernes, 8 de noviembre de 2013

La luz y la "sombrita"

Si nos da frío, nos quejamos! Si nos da calor, nos quejamos! El pedo es que nada nos "embona"; creo que este desmadre de las redes sociales nos tiene tan mimados que, tanto comentarios "izquierdistas" o "derechistas" nos ponen los pelos de punta, al grado que nos volvemos "violentos" en nuestro modo de opinar y/o discutir una idea.
A ver gente, para empezar, ¿qué somos? Personas. ¿Qué queremos? Vivir de manera plena. Ahora bien, definamos plenitud; según la real academia del wikipedia, plenitud es "Totalidad, integridad o cualidad del pleno." Ah chingá, pos cual pleno?!
Viremos nuestra mirada a una perspectiva diferente, ¿qué tal que ese “pleno” es relativo a cada ser humano? ¿Qué tal que la felicidad y plenitud de una persona es opuesta a la de otra persona?! Madres!!! En dónde estamos parados o hacia dónde están enfocados nuestros esfuerzos?
Todos somos “individuos” por una razón, por “individualidad”, la cual define a cada persona por sí misma, así pues, cada quién tiene una felicidad diferente, una plenitud diferente, un modo de ajustarse a la sociedad y a la vida, diferente. Si llegamos a alcanzar el grado en el cual podamos respetar esa felicidad y esa plenitud de cada quién, no habrá pedo!!! Dejaremos a un lado los prejuicios y las mamadas de querer darle gusto al mundo, no hay necesidad; si la vida te da limones y tu quieres guayabas, pos busca un puto árbol de guayabas con una chingada! Y vende los limones a quien esté buscando limones.

Los amo, nunca cambien, cueros mil, bye!!

Daniel Aguilar

sábado, 27 de julio de 2013

El cantar de un grillo y el sentir de un humano...

En este momento, llevo casi media hora tratando de localizar al grillo que, en su cantar al frotar sus patas buscando atraer a una hembra para su acto instintivo de reproducción, no he podido callar; también siendo sincero, no lo quiero encontrar, debido a que estamos ocupando un espacio natural de su hábitat sobre el cual la casa en dónde habito se construyó.
Este grillo, es cuidadoso, pues cuando me acerco al sitio en dónde su "cantar" es más intenso, lo detiene, precavido, atento, cauteloso del "depredador" que pueda sugerir un peligro para su existencia y, por ende, para su fin: reproducirse.
No somos tan alejados de la idea de querer "llamar la atención" a niveles humanos, de hecho, considero que somos más ruidosos y exagerados, dado que, como seres racionales, además de ser inseguros por la cantidad de información y puntos de comparación, recurrimos a las cuestiones "plásticas" y materiales que consideramos fundamentales para el cortejo, transformándonos en "pavorreales" sociales.
El consumismo nos ha hecho esclavos de comprar y comparar, de presumir y hemos perdido el valor de lo que tiene sentido y dura para siempre, la esencia del ser y el fondo del pensar y del sentir. La carne "cuelga" y envejece, en cambio, el espíritu, el corazón y la mente evolucionan, y a ello le hemos perdido valor y respeto.
Las ideas fluyen conforme uno avanza, las emociones nos enriquecen o nos erosionan acorde al poder que les demos, las experiencias nos dejan enseñanzas o simplemente nos dejan experiencias para con los errores que decidimos volver a cometer. El tema aquí es ser nosotros mismos bajo cualquier circunstancia, fluir y permitir al mundo fluir, sin prejuicios, sintiéndonos parte de un todo y no dueños de ese todo.
Hagamos sinergia y procuremos el bien común, considero que ello conllevará a una armonía global y un equilibrio energético que nos acercará a comprendernos mejor como individuo, sociedad y ente vivo llamado Tierra.
Un abrazo y salud!!!

Daniel Aguilar

lunes, 13 de mayo de 2013

En qué mundo habita el corazón?

Se ha dicho durante años, que las emociones residen en el corazón, un músculo vital con funciones específicas de irrigación sanguínea a todo el cuerpo. La mayoría se ha inclinado por la versión "lógica" de la segregación de hormonas a nivel cerebral, las cuales "inundan" de sensaciones y sentimientos, a veces irracionales, a nuestro organismo.
El tema es más simple, cuando existe un sentimiento se refleja en todo el cuerpo, ya sea positivo o negativo, tiene un reflejo directo en nuestra materia.
El amor no es otra cosa que el reflejo de una interacción positiva, contrario a ello, el odio y/o rencor, reflejo de una interacción negativa. Sin embargo existe una brecha interesante a analizar e introspectar: "Y cuando la brecha es geográfica?". Debe de ser una especie de morfología situacional, en la cual existe la intención y la "presencia", la atención y la comunicación, pero no los medios adecuados para reducir dicha brecha física.
¿Cuáles son los procesos ante los cuales nos vemos afectados en situaciones de este tipo?
¿Cómo proceder de una manera constructiva y armónica cuando las partes involucradas en una interacción a distancia se ven afectadas por la misma?
¿Acaso es prudente y/o racional poner obstáculos o limitar dicha interacción?
Desde mi perspectiva el mundo es una constante evolución, hace 20 años o más, la comunicación "inmediata" era el teléfono fijo, hace 30 o tal vez más, la comunicación eran cartas que requerían de al menos dos a tres semanas en llegar al destinatario. Hoy manejamos redes sociales, chat, teléfono fijo, teléfono móvil, en fin, un sin número de herramientas que facilitan el "estar".
Nada de lo anterior substituye al "estar" presencial, pero dan pauta a una continuidad y un interés de mantenerse en contacto con las personas que nos importan.
Hay ocasiones en las que vemos que una persona tiene más de, hmmm, no sé, tal vez 300 "amigos" en una red social, ¿a cúantos mantiene en contacto? La idea es simple, nos interesa mantenernos en contacto con quien puede darnos una respuesta o una interacción casi inmediata.
¿Qué pasará cuando el tema de la teletransportación se dé? ¿Acaso seremos todos amigos de todos?
Concluyendo por el inicio, si el corazón (o el cerebro y sus "jugos" o las gónadas o el alma, whatever!!), nos hacen sentir, pensar, actuar, amar, ser y estar, por qué no darle su lugar y hablar, escribir, escuchar, estar, con esas personas que "invaden" nuestro ser en ese específico momento y espacio??? Nadie nos garantiza el abrir los ojos al día siguiente.
Un abrazo.
Daniel Aguilar

sábado, 27 de abril de 2013

Globalización del corazón...

Hace al menos 20 años, no pasaba por nuestra mente el estar tan comunicados como lo estamos hoy en día;  la interacción virtual ha venido evolucionando de la mano con el desarrollo tecnológico de nuevas herramientas que nos permiten estar a un solo "click" de cualquier otro ser humano conectado, a miles de kilómetros de distancia.
Esto nos ha llevado a tener una perspectiva y un conocimiento más global de nosotros mismos, como sociedad, como seres humanos, como personas y como mentes errantes dentro del "limbo virtual" llamado web.
Las distancias físicas siempre existirán, sin embargo los "abismos" culturales se convierten en tendencias para los internautas en cuestión de horas, dado que todos estamos "conectados", y no hablo del inconsciente colectivo, hablo de la red.
Puede ser esto un arma de doble filo, dado que todos los que tenemos acceso a esa red, entendemos hasta cierto punto, un lenguaje universal, ya sea por tendencias, imágenes, música, vídeos o simplemente por idiomas en común; pero hay un factor que no vemos y no es mesurable a simple vista, el medio emocional!
Ahí, podemos encontrar un universo infinito de variables, definidas por la cantidad de individuos que "habitan" la red, ello conlleva a una indeterminada cantidad de factores que afectan en el método, forma y/o tema acerca del cual hablar, a ello lo llamaría un "ponche virtual-social", dado que todos los que tenemos acceso a una herramienta web, podemos al mismo tiempo, interactuar en cada elemento público, obvio si no está controlado de manera gubernamental como lo hacen aún algunos países con perspectivas más conservadoras.
Dicho lo anterior, somos voces de nosotros mismos, y hasta cierto punto podemos incluso desenvolver una idea de modo menos "censurable" que si lo hiciéramos de manera física o "pública" (digo "pública" entrecomillada por que al final de cuentas es pública pero a través de un ordenador y no cara a cara). El hecho es que, a partir de estos principios que acabo de mencionar, incluso la interacción emocional se "recarga" en la fiabilidad de una conexión a la web, es decir, imaginemos que de pronto se corta el servicio eléctrico a nivel mundial. EN LA MADRE!! Cómo comunicarme con mi familia, amigos, pareja, etc, si nadie  tiene un celular funcionando, una laptop online, un televisor para ver el otro lado del mundo? Estamos acaso jodidos? No lo creo! Hemos sobrevivido a catástrofes naturales, incluso guerras causadas por nosotros mismos y nuestra prepotencia y arrogancia, así pues, podemos sobrevivir y salir avante ante la ausencia de la tecnología, re-incorporándonos a la Tierra (la cual es un organismo vivo y bio-consciente), posiblemente haciéndonos más humanos (de nuevo), dejando atrás las comodidades de la tecnología, las cuales nos han vuelto perezosos y nos han hecho asumir que "todo está en orden".
Escribo esta entrada de blog por el hecho de que, imaginémonos de que nos enamoramos de alguien, y ese alguien vive lejos, para comenzar no hubiésemos podido ser capaces de conocer a ese alguien sin ayuda de la tecnología. Ahora bien, imaginemos que de pronto se corta ese paso, qué hacer?? Palomas mensajeras de nuevo?? Telégrafo?? Viajar en barco o en burro?? Creo que con las "prisas" que tenemos actualmente, o al menos al ritmo de vida que ajustamos por ciertas comodidades de transporte y comunicación, la psicosis invadiría nuestra sociedad y llegaría una sensación de ansiedad o de incertidumbre que, al ser humanos, nos consume.
El tema es, salgamos a ver las cosas básicas de la vida, apreciemos un ave volar y cantar, agradezcamos un perro mover la cola o ladrar, busquemos el aroma natural de una flor, percibamos la sensación del cuerpo en cada paso que damos a través de una caminata por el parque, sintámonos humanos!
Gracias por leerme, un abrazo!

Daniel Aguilar

sábado, 6 de abril de 2013

El perdón...

Somos humanos y, como tales, tenemos constantes fallas relacionadas con la convivencia diaria y con múltiples "círculos" que no somos capaces (o conscientes) de cerrar.
Ello nos lleva a seguir cometiendo los errores que nosotros decidimos seguir cometiendo, ya sea por "zona de comfort" o por arrogancia ante el tema de no reconocer y/o coincidir.
El corazón, a pesar de ser un órgano automatizado, clínicamente no tiene otra función mas que abastecer de sangre al cuerpo. A diferencia de el corazón, el "estúpido" cerebro segrega sustancias que invaden nuestro cuerpo de emociones positivas y/o negativas, haciéndonos un "ponche" de incertidumbre. ¿No sería más fácil el determinar qué sentir en qué situación? Por un lado eso "mimetizaría" cualquier diferencia, pero, no seríamos capaces de leer reacciones ajenas a nuestra perspectiva y, por consecuencia, no podríamos adecuar nuestro pensar y/o comportar ante temas que presentan una diferencia, por ende, no sabríamos aprender del prójimo.
Desde mi punto de vista, todo se basa en el respeto a la individualidad del ser, es decir, si para ti es blanco y para mi es negro, busquemos y abramos nuestra perspectiva para considerar que existe la posibilidad de que sea gris. Puntos medios carajo!! Coincidir!!!
Somos humanos, todos tenemos círculos inconclusos, todos tenemos un alma, nuestra naturaleza nos indica que seamos pareja de alguien y que coincidamos, concordemos y escuchemos a tal pareja. Mi pregunta es: ¿En qué momento el ser humano se tiene que dejar de mamadas para poder ser, estar, disfrutar, amar?
Os invito a perdonarnos por nuestros aprendizajes y enseñanzas del día a día, es algo que comparto paralelamente y que debo llevar a cabo. Seamos coherentes entre lo que decimos, lo que actuamos y lo que aparentamos; al final del camino somos seres humanos y gracias a Dios (o Hu-Nab-Hu, Quetzalcóatl, Buda, Vishnú, o en lo que crean) estamos aquí para aprender y compartir.
Un abrazo.

Daniel Aguilar


viernes, 5 de abril de 2013

Píldora roja o píldora azul??

Una de las sagas que más me ha gustado de Hollywood, definitivamente ha sido "The Matrix". Es una metáfora muy bien escrita y actuada (igual la biblia), de lo que pasa por nuestro subconsciente.
Qué tal que vivimos una fantasía "5D" (incluyendo olfato y tacto) pre-programada por inteligencia artificial? O lo que es peor, por nosotros mismos?
Desde mi humilde punto de vista, nosotros generamos el siguiente capítulo de nuestro destino.
Absorbemos de manera consciente, subconsciente y/o inconsciente lo que vivimos, es decir, somos relejo de lo que queremos ser, y al mismo tiempo, nos percibimos dentro de ese pensamiento, o estructura del pensamiento, siendo actores o simples testigos.
Con esto no pretendo para nada asumirnos (o asumirme) ajeno a la responsabilidad de los actos, simplemente a la perspectiva de los mismos. Somos responsables y somos racionales (al menos eso creo) de cada acción y cada consecuencia que generamos a través de decisiones del día a día. Somos humanos, y como tales, cometemos errores que se ven reflejados en consecuencias, sin embargo también cometemos aciertos que damos por sentado y que por ende, "es nuestro deber ser" y todos pasamos por alto, pero pues todos necesitamos una "palmadita" en la espalda, o un "tuvo bien wey".
La esencia del ser es bondad (desde mi perspectiva o desde mi esperanza de perspectiva), pero caemos en acciones o decisiones que nos inclinan a la "supervivencia del ser" o a la "aceptación social"; digo esto no para alarmar a una población expectante de un "eres poca madre" o del típico "me gusta como piensas", no! Contrario a ello, lo planteo como un medio de "espejo" acerca de si queremos ser empáticos y al mismo tiempo nosotros mismos, o, contrario a ello, ser condescendientes y sentirnos aceptados.
Procuremos no ser tan duros con nosotros mismos, somos personas con virtudes y defectos, con áreas de oportunidad y al mismo tiempo con todo que dar, el principio es simple: Mantengámonos enfocados a las buenas acciones y al cero protagonismo, seamos parte de un todo llamado "Humanidad" y alejémonos del "Yo" por unos instantes, eso convertirá a la convivencia en algo sano y empático.
En este momento, esto me lo digo a mi mismo y al mismo tiempo lo comparto con la esperanza de marcar una perspectiva y un método de convivencia más interactiva, humana y espiritual.
Nadie nos garantiza el despertar mañana, y por ello debemos vivir intensamente, pero con respeto a la visión y perspectiva de cada persona con la cual interactuamos, vivir con el corazón es mejor, mucho mucho mejor que pensar de más las cosas, eso nos lleva a cometer errores y/o a preocuparnos por situaciones que no existen y que posiblemente no se presenten, además de que nos llenan el cuerpo de "jugos" (sustancias químicas) generadas por la preocupación, miedo, impotencia, nerviosismo, etc., así pues, os invito a vivir intensamente, pero con responsabilidad para con los demás, ser uno mismo, sin ofender, interactuar y exponer puntos de vista, de manera honesta y humilde, siempre escuchando contrapartes y aprendiendo.
Gracias por leerme! Un abrazo, de corazón!

Daniel Aguilar

sábado, 23 de febrero de 2013

El sentir, el pensar y el echar pata...


Maldito sea el momento en el cual la evolución nos dio el poder del pensar sin sincronizarlo íntegramente con el sentir.
Por naturaleza somos seres de emociones, y qué bueno!! Sin embargo existen circunstancias cotidianas en las cuales la mente se interpone al sentir, lo cual o nos merma como pensantes o nos merma como espirituales. Chingao! Qué hacer en esos casos? Definitivamente, después de años de introspección y de “benchmarking” con otras mentes y almas, no he encontrado la respuesta.
Es decir, ¿acaso estamos jodidos?, si, posiblemente, tal vez sea esa la penitencia eterna del pecado capital del cual habla la biblia: el sentir vs. el pensar; ni Márquez le partió tan feo la madre a Paquiao como lo hace el sentir al pensar.
Considero prudente el compartir el hecho de que, si nos mantenemos coherentes entre lo que queremos, lo que sentimos y lo que NO queremos, podremos lograr una sinergia espiritual y corpórea que podrá equilibrar nuestra química cerebral para evitar un desenlace psicótico arraigado a la cuestión de la discrepancia entre lo concreto y lo abstracto. Porque ambos existen y conviven, generan energía y a su vez se alimentan de ella, de la energía que nuestras buenas y/o malas intenciones segregan, por ende, experimentamos lo que absorbemos y lo que somos.
Dicho lo anterior, si absorbemos energía positiva, pues todo estará en “paz” (temporal), pero si todo el tiempo estamos alimentando la inconveniencia del pensar, pues atraeremos las partículas negativas a cada célula de nuestro cuerpo, y ello, o nos traerá consecuencias patológicas (enfermedades) o consecuencias de negatividad, a través de las cuales, lo que sintamos que saldrá mal, por ende saldrá mal, por programación psicosomática.
Todo tiene un “¿por qué chingaos?”, ya sea positivo o negativo, es como el típico dicho de “somos lo que comemos”, bueno, ni madres! También somos lo que pensamos y sentimos, ya que si no existe  un equilibrio entre el pensar y el sentir, estamos a unas cuantas “situaciones” alejados de que nuestro señor “el payaso” nos cargue de manera física y/o mental.
Piénsenle positivo y atraigan cosas convenientes, lo negativo llega por sí mismo, el ejercicio, la buena alimentación, las buenas intenciones, el echar pata, la risa, entre otros factores, cambian nuestra química cerebral y por ende modifican las ondas electromagnéticas a través de las cuales el cerebro regula al cuerpo y lo hace sano o no.
Un abrazo.

Daniel Aguilar

lunes, 4 de febrero de 2013

El más allá o el más ahora?

Siempre pensamos en el qué hay después de la vida, pero pocas veces nos lo planteamos desde una perspectiva personal, en cuanto al qué pensar o cómo sentirnos cuando toquemos ese punto inevitable del ciclo biológico, en el cual el cuerpo se "marchita" y el espíritu evoluciona ante algo desconocido.
El mundo está lleno de señales y de puntos a considerar acerca del cómo permanecer aquí el mayor tiempo posible, pues seamos sinceros, es lo que conocemos y por ende, es lo que queremos experimentar. Sin embargo, qué tal que el "otro lado" de la moneda sea el ver el mundo desde una perspectiva diferente, dejando materialismos a un lado, disfrutando cada pequeño detalle que no disfrutamos terrenalmente, como lo es el aroma de una flor, el tacto de una piel ajena, un amanecer, la sensación de la lluvia en nuestro rostro. Cosas que generalmente evadimos por evitar alergias (la flor y su polen), evitar un "qué pensará" (el tacto de una piel ajena), el despertarnos tarde (el caso del amanecer), o el "me voy a enfermar o se arruinará mi ropa" (el caso de la sensación de la lluvia).
Creo que el detallar y simplificar nuestras emociones a lo más básico y simple, nos lleva a reestructurar nuestra mente y nuestros "usos y costumbres" a lo más "austero" que al final significa lo más importante: la vida misma.
El evadir la realidad a través de pantallas de celular, televisión, computadora, tabletas electrónicas, etc, desencajan nuestro ser de lo que podríamos ser! Irónico no?
Os invito a amar cada "simple" detalle que experimentamos en el día a día, planten un árbol, traten de identificar el sabor del agua cuando la beban, "lean" la mirada de un perro, perciban esas sensaciones que la naturaleza y nuestra interacción con ella nos da, todo el tiempo estamos recibiendo señales, comunicación, somos parte de un todo, no somos dueños de nada y de nadie, solamente de nuestro propio destino, nosotros lo escribimos y cambiamos a cada paso, en cada pestañeo, con cada sonrisa, con cada abrazo.

Daniel Aguilar

miércoles, 23 de enero de 2013

El "ya merito"...

Procuro mantenerme al margen de las situaciones políticas del país, dado que respeto puntos de vista e ideologías partidistas las cuales, cada una tienen un fundamento, un punto de vista y una historia. Sin embargo el día de hoy estoy emputado y frustrado!
Disculparán el "francés relajado" de algunos de mis comentarios, pero debo decir que el día de hoy México ha "aflojado las nalgas" ante una tensión diplomática con un país europeo que ha venido presionando a nuestros dos últimos presidentes (panistas) y uno priísta (por un muy corto lapso de poco más de un mes de mandato). ¿Cómo? Influyendo directamente en una decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a través de "doblar" la ley (sin romperla, ok), pero utilizando artimañas y fundamentándose en los derechos humanos violados en un procedimiento de detención que tuvo muchos cuestionamientos por el "cómo", puedo entender eso, sin embargo no puedo entender que se libere a una persona que priva de su libertad a otra, por el hecho de no desarrollarse dicho procedimiento bajo estándares internacionales de derechos humanos, siendo dicha persona una violadora de dichos derechos humanos desde el inicio.
Me hierve la sangre al pensar que parte de los impuestos cobrados por el gobierno, pagaron el "turbio" proceso de liberación y el viaje de repatriación de una delincuente que privó de su libertad a otro ser humano y que encima de todo, gozará de libertad y privilegios en su país de origen. ¿Dónde cabe la justicia en éste momento? ¿Dónde queda la dignidad humana y nacional?
Considero que es momento de mirar al pasado y ver cuánta "anarquía política" se ha visto presente durante tantos años, es momento de despertar, somos una gran nación y, como tal, tenemos la obligación de trabajar hombro con hombro para reestablecer esa grandeza, y no hablo solamente de grandeza económica sino también de riqueza cultural, intelectual, ¿cuántas veces hemos tenido alguna situación en la cual, por citar un ejemplo, se cae un gancho que sostiene una red en una portería de fútbol, y el mexicano la amarra de una cámara de cancha (Zague en el mundial del 94). Esos son "mexicanadas", nos las ingeniamos para salir adelante; ahora bien, ¿por qué no hacerlo en sociedad? ¿De manera conjunta todos? Considerándonos parte de un todo, de un universo, de un planeta, de un continente, de un país! La unión nos llevará a lograr grandes cosas ante las atrocidades que ocurren en nuestro entorno. El ser mexicano no significa despertarse y decir "cómo me voy a chingar al otro", significa "cómo puedo trabajar de la mano con mi paisano para que este país tenga mejores oportunidades de progreso en cualquier índole!".
Hay que leer, hay que saber de nuestra historia y nuestro pasado para no cometer los mismos errores en el presente y, de este modo, tener un mejor futuro, con nuevos errores, nuevos retos, nuevas formas de pensar y de actuar.
Un abrazo y la mejor de las vibras, sonrían y hagan sonreir, eso es básico para prevalecer como un animal racional.

Daniel Aguilar

sábado, 19 de enero de 2013

Somos éter...

Estamos en un universo cognitivo, llamémosle "éter". Suponemos, asumimos, actuamos, analizamos, somos. El respirar puede llegar a ser consciente, en lugar de ser un mecanismo corporal que nos dicta que el organismo requiere aire, éter (como lo llamaban en Grecia), ¿acaso somos un simple suspiro? Aparentemente así es, somos parte de una energía que al mismo tiempo genera energía. Siempre hemos estado aquí, presentes, en forma de átomos, quarks, partículas que se fusionaron en algún punto y que dieron lugar a nuestra versión humana, pero al final de cuentas somos energía.
Ahora bien, imaginemos que dicha energía que provee pulso a nuestras venas, sea una energía llena de incertidumbre, negatividad, angustia y/o poca percepción y falta de humildad ante lo que nos rodea. Eso, desde mi punto de vista, recrea un ambiente de hostilidad, enriquecido por nuestra naturaleza humana, llena de inseguridades, incertidumbre, miedo a lo desconocido. Tenemos grandes cosas por las cuales desarrollar nuestro instinto espiritual y energético, seamos parte de un todo, sintámonos parte de ese todo, no somos tan individuales, formamos parte de una energía total llamada universo, a través de la cual podemos evolucionar o quedar estancados.
Saludar con un apretón de mano sincero, abrazar, besar, mirar directamente a los ojos, ser honesto, ser emotivo y sustancialmente directo, empático, tratar a cada quién como si no existiera crítica, dado que la crítica es reflejo de una inseguridad plasmada y trasladada, a manera de espejo, hacia otro ser, que al final de cuentas es parte de ti por el simple hecho de formar parte y haber sido formado a través del universo.
Manejemos el día a día con humildad, aprehensión, empatía, mantengamos equilibrio, seamos parte del "éter".
Un abrazo.
Daniel