sábado, 2 de junio de 2012

El amor y otras demencias...


Cada vez que expresamos un sentimiento, ya sea negativo o positivo, somos un poco más vulnerables, dado que estamos siendo "auténticos" ante un hecho/situación que involucra interacción, y cada interacción tiene su grado de incertidumbre, y por ende de misterio y no certidumbre, y como animales racionales, lo que desconocemos o no podemos explicar, lo traducimos en una amenaza directa a nuestra integridad, (característica cavernícola que llevó a Juana de Arco a la hoguera, a Jesús a la cruz, al caso Roswell al anonimato total, entre millones de cosas). Le tenemos tanto miedo a la verdad, que nos satisface el misterio, por que existe la posibilidad de que todo tenga una explicación racional.
El "amor", el amor para muchos puede ser una manera de justificar la preservación de la especie de un modo "civilizado y racional", sin embargo, desde mi perspectiva, el amor es lo que nos diferencia de cualquier otro mamífero bípedo (y no precisamente doblemente pedo). Estamos aquí por que somos diferentes, tan diferentes que somos capaces de hacer grandes cambios con palabras que puedan generar un cambio positivo en otro ser. El problema radica en que no nos sabemos capaces de ello.
Cuando reímos, por cualquier circunstancia, supongamos que alguien más nos está viendo, si ese alguien, percibe nuestra sonrisa de manera sincera, espontánea, es como un bostezo, se contagia, y genera una reacción química cerebral que libera endorfinas, las cuales son una droga natural para hacernos "felices", al menos de manera temporal.
He escuchado mucho a Pedro Ferriz, buscando una "Revolución del Intelecto", bueno pues, yo, aislado de cualquier tendencia política, los invito a iniciar una "Armonía Colectiva", en la cual busquemos producir en el prójimo (quién quiera que sea) una sonrisa, compartiendo ideales de manera armoniosa y siempre respetando ideales ajenos, buscando cultivar un principio básico del ser humano: el aprender, ser empático.
Ama tu vida, ama tu familia, ama tu mundo, ama tus ideales, respeta todo lo anterior, lucha por ello, pero siempre siempre, respeta ese amor y entrega de las personas con las que te topes, dado que, al final del camino, son humanos, y el espíritu es energía, y somos parte de la misma energía, así pues, desde mi punto de vista, si te chingo me chingo, por que somos parte de lo mismo y tenemos la oportunidad de coincidir en este tiempo y espacio para hacer mejor las cosas.
Un abrazo.
Daniel Aguilar