jueves, 2 de enero de 2014

La evolución de la conciencia

En término, conciencia es el conocimiento que un ser humano tiene sobre sí mismo y/o sobre su entoro; a su vez, es el modo en el que percibimos lo que nos rodea y a la vez lo que rodeamos y/o influimos.
La historia nos ha enseñado que la conciencia juega roles importantes en la conducta social, podemos ser "racionales" o no, ¿cómo puede ser esto?
Fácil, un buen ejemplo: los padres de nuestros padres (y pre-cesivamente), fueron educados a que las actividades propias del hogar tenían que ser realizadas por el sexo femenino... "ah chingá chingá! por qué?" Posiblemente por que en ciertas regiones de Mesoamérica y Aridoamérica, las primeras culturas homo-sapiens heredaron las costumbres de que, el macho salía de cacería (es por ello nuestra larga nariz y nuestras grandes orejas, para identificar presas o peligros), mientras la hembra cuidaba el "nido" y lo mantenía confortable para cuando el "macho" regresara de dicha travesía. "Bueno ok, y luego qué pedo??" El tema es que se adaptaron esas costumbres al día a día, y en muchas culturas latinoamericanas se quedó "tatuado" ese tema.
Encima de todo esa "misogeneidad genética/cultural", cargamos con situaciones que no nos competen resolver, sino que competían resolver a nuestros antepasados. Otro ejemplo, el alcoholismo, ese es un tema para escribir 10 blogs como mínimo y con letra tamaño "8" y sin espacios para que se entienda, pero no profundizaré en ello, solamente en sus consecuencias.
¿Cuántas personas conocemos que han sido víctimas de un problema así, y por ende su situación familiar/social/laboral/de pareja? (Me incluyo). Ahora bien, si tenemos presente que esos clichés mentales/emocionales que involucran el machismo y el alcoholismo, no nos llevan mas que a la inestabilidad del pensar y del sentir, en qué momento podemos actuar?
La respuesta? HOY! Todos tenemos la responsabilidad (consciente o inconsciente) de actuar y evolucionar, ser partícipes de una mejor sociedad y mejores bases para educar a nuestros hijos, que no cometan nuestros mismos errores, y a la vez nosotros no cometer los mismos errores que vivimos que, aunque no fueron intencionales, podemos identificarlos y trabajarlos.
Si todos somos humanos, todos tenemos el mismo instinto de supervivencia, pero a la vez, estamos dotados de un raciocinio que podemos explotar más allá de nuestras costumbres y/o "rasgos genéticos", podemos ser más.
Volvamos a las bases emocionales mas no instintivas, amemos pero no reaccionemos visceralmente, pensemos pero de manera constructiva y con buenas intenciones, actuemos pero por el bien común y no individual. Se lee fácil, pero requiere introspección, paz interior y mucho amor e integridad.
Intentémoslo juntos, usemos el cliché del inicio de año para actuar con buena voluntad y con amor, a manera de propósito, y aunque no fuese inicio de año, cada día es una oportunidad para hacer las cosas mejor y para evolucionar nuestra conciencia, hacia nosotros mismos y hacia los demás.

Daniel Aguilar