El dia a dia, el tráfico, el paso acelerado de la gente, la baja pila del móvil por tanto uso; son parte de nuestra cotidianeidad, y no nos asombra!
Estamos tan inmiscuidos en la rutina (teológicamente tecnológica), que nos olvidamos de la esencia, de la esencia del ver un ave colorida volar, una flor con más de un color, una nube con forma familiar, un aroma que nos recuerda nuestra niñez sin una explicación consciente.
Hemos perdido la capacidad de detenernos a apreciar nuestro entorno de manera natural, de manera humilde para creernos capaces de aprender algo nuevo de las "nimiedades" que el destino provoca que nos topemos en el camino.
Recuerdo que durante mi niñez, frente a mi casa, habitaba un arbol, en el cual crecía una flor roja con el pistilo bastante largo, que utilizábamos mi amigo 'Chavita' y yo para jugar 'vencidas', anclando esos pistilos el uno contra el otro, tomando del tallo del pistilo el 'arma', y el que tumbara el pistilo del contrario ganaba. Eran como unas 'vencidas botánicas' a las cuales les llamábamos 'gallitos'. Hoy lo comparo con el 'Modern Warfare' del Xbox, solo que con más tecnología de pormedio y nula interacción cara a cara, triste.
El aire que respiramos ya no sabemos de qué está; hecho, el agua que bebemos sabemos que contiene mucho más que sólo dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno. El palpitar de nuestro corazón, lo damos por hecho, pero no sabemos si algo comienza a obstruir su flujo, a raíz de la alimentación que llevamos. La persona que conocemos, no sabemos si es 'tigre' o 'rayado' y por ende, debemos de cuidar lo que decimos, sentimos y/o pensamos, con tal de evitar una diferencia sustancial.
Chingado, por que? En que momento nos perdimos? Todos venimos de la misma 'cueva'.
No he encontrado nada más apasionante e intrigante que el saber y conocer a otro ser humano, el explorar y el saber la historia de mi entorno con humildad.
Se los dejo de tarea.
Daniel Aguilar